El empresario fundador del Grupo Sanford, y quien revolucionó la industria en Colombia, hace una radiografía de los retos que tiene el país para volverse una potencia exportadora como Corea del Sur, en medio de la crisis por la pandemia y ahora los efectors de la guerra en Ucrania.
Fuente: Forbes Colombia. Foto: Diana Rey Melo / Forbes Colombia
Por Maria Camila González Olarte
“Deseo que cometan muchos errores, porque si no los cometen es porque no están haciendo nada”, le dice el expositor a un grupo de estudiantes de Administración que quieren hacer empresa en Colombia, pese a los obstáculos propios de abrirse paso en un nuevo mercado.
El orador es el colombiano Jimmy Mayer, de 85 años, uno de los pioneros de la industrialización en Colombia con la fundación del Grupo Sanford, uno de los conglomerados del país que se empezó a abrir paso con fuerza en otros mercados distintos al local. El mantra de este veterano empresario es sencillo: hay que cometer errores para avanzar.
“Yo creo que hacer empresa en Colombia es muy difícil, pero es que los colombianos somos muy trabajadores”, dice el patriarca empresario en conversación con Forbes Colombia, luego de su charla con algunos estudiantes del Colegio de Estudios Superiores de Administración (Cesa) en Bogotá.
No es gratuito que Mayer sea considerado como uno de los decanos del desarrollo industrial en Colombia, luego de la creación de dicho grupo que actualmente tiene alrededor de 6.000 empleados a través de sus 12 empresas, con las que exporta a varios países.
Mayer también participó en la creación de Pavco y un sinnúmero de empresas como Petroquímica Colombiana, Centelsa, Propilco y Biofilm, Carboquímica, Ico Pinturas, Filmtex, Topluz, Biofilm y Geón Polímeros Andinos, entre otras; todas ellas conforman el poderoso Grupo Sanford.
Pese al crecimiento que han tenido las compañías que Mayer ha liderado en Colombia, el empresario ha mostrado posturas críticas frente al desarrollo industrial en el país. Y ahora que el debate está encendido sobre reformas que se necesitan, Mayer insiste en que hay que darles alivios a las empresas.
Para Mayer, Colombia es un país que tiene todas las ventajas frente a otras naciones, como su posición geográfica, la disponibilidad de recursos y, según él, lo más importante: la gente. “Pero no ha habido una apuesta clara para impulsar la industrialización o la creación de empresas”, dice.
¿Menos impuestos?
Ante un panorama en el que se le puede sacar provecho al potencial exportador de Colombia, Mayer insiste en que el país tiene que apostarle a bajar los impuestos a las empresas para promover el desarrollo económico. “Se tiene que empezar por algo, no se puede hacer todo a la vez. Tenemos que crear un ambiente atractivo para que las empresas exporten, o que empresas con base exportadora vengan a Colombia”, enfatiza.
En ese sentido, el decano del desarrollo industrial en Colombia dice que, si actualmente vienen empresas a territorio nacional, lo hacen porque quieren aprovechar el mercado local, no porque necesariamente tengan todas las condiciones para exportar desde acá.
“Yo he planteado algo que, de hecho, se lo mandé al ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, pero no ha tenido mucha acogida. Lo que sugiero es algo muy simple: si el 30% de las ventas de una empresa se van a exportación, pues que esa empresa pague solamente el 10% en tributación. Y esos recursos no se pueden repartir por tres años para que puedan ser invertidos en impulsar la industria”, dice.
En ese punto, Mayer aclara que esta medida puede no aplicar para todos los sectores de la economía, pero sí puede ser un comienzo para impulsar las exportaciones con valor agregado en ciertos negocios. “No hay ningún sistema perfecto, pero hay que empezar con algo”, subraya.
Cabe recordar que varios analistas han alertado sobre la carga tributaria que tienen las empresas, que aumentó en la última reforma tributaria en medio de una crisis social que llevó a no subir los tributos a las personas o eliminar algunas exenciones, sino subir los impuestos a las personas jurídicas.
Para resaltar lo que dice Mayer, en el último informe que entregó la Comisión de Expertos en Beneficios Tributarios, la carga tributaria para las empresas en Colombia asciende a 54%, superior al 33,6% promedio que tienen otros países en el mundo como los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).
Aunque la propuesta del empresario signifique que le entren menos impuestos al país a través de las empresas, Mayer dice que eso sí puede hacer que no haya tanta evasión.
“Hay muchas maneras en las que las empresas pueden hacer pequeñas trampas, que son legales, para no pagar impuestos. Si usted les dice que les va a cobrar mucho menos en impuestos, pues esa plata se va a empezar a ver. La gente va a traer sus operaciones a Colombia”, dice.
“Lo que sugiero es algo muy simple: si el 30% de las ventas de una empresa se van a exportación, pues que esa empresa pague solamente el 10% en tributación. Y esos recursos no se pueden repartir por tres años para que puedan ser invertidos en impulsar la industria”.
Incluso, Mayer confiesa que la carga tributaria lo ha hecho pensar dos veces si instalar una nueva planta de producción en Colombia, o si debe hacerlo en otro país.
Todas las oportunidades
Aunque para Mayer a Colombia le falta mucho camino para ser más atractivo para las empresas, sobre todo para exportar, el caso del Grupo Sanford es un ejemplo de cómo una industria colombiana sí puede ser exitosa en otros mercados.
Para el empresario, Colombia tiene todavía mucho espacio para vender a otros países, empezando por los vecinos de la región. “El mercado es más inteligente que cualquier dirigente. Entonces lo que hay que hacer es crear un ambiente en donde es muy atractivo exportar”, dice.
Si se miran las cifras, el déficit de cuenta corriente –que mide lo que Colombia intercambia con otras naciones del mundo–, ha ido creciendo en los últimos años. Según cifras del Banco de la República, en 2021 ese desbalance para el país fue de US$17.833 millones, lo que representa el 5,7% del Producto Interno Bruto colombiano.
Por eso, Mayer plantea que el país tiene que empezar a impulsar su papel en la exportación de productos, pero de valor agregado. “Enfocarnos solo en exportar materias primas es una muy mala idea y una maldición. Necesitamos meterle valor para vender a buen precio en otros países”, señala.
Asimismo, plantea que Colombia tiene una gran oportunidad con la posibilidad de que haya varias empresas que estén buscando relocalizar sus negocios en países de América Latina por la posición geográfica y los recursos. De hecho, la crisis con Ucrania puede hacer más atractivo América Latina para las inversiones, porque además se pueden blindar de los problemas geopolíticos que persisten entre Europa y Asia.
“Nosotros tenemos una oportunidad de oro con el nearshoring. Colombia tiene que aprovechar el momento, y a nosotros en el Grupo nos ha ido muy bien”, reveló a Forbes.
Precisamente, Mayer cuenta que en los últimos cuatro años, desde que él retomó las riendas del Grupo Sanford, se han invertido varios millones dólares en Colombia en fortalecer las empresas para optimizar sus procesos y hacerlas más eficientes.
En ese punto, el empresario contó que, solo en Medellín, han hecho importantes inversiones para impulsar sus negocios en esa región. “Nuestro secreto es trabajar muy duro, pero en otro ambiente podríamos crecer aún más”, revela.
Lo que se viene
Jimmy Mayer, quien lleva varias décadas invertidas en el desarrollo industrial en Colombia, insiste que el país tiene que empezar de a pocos para ser una potencia exportadora.
“El primer paso es el sistema tributario, el segundo es el de la infraestructura, y ahí tengo que admitir que se está haciendo algo. En tercer lugar, hay que garantizar la seguridad jurídica y normas que faciliten la posibilidad de hacer negocios acá”, dice.
En cuanto al ambiente electoral, Mayer explica que ve tres escenarios según la corriente política que llegue al poder.“Si queda el centro, veo posibilidades de cambios que nos pueden ayudar a mejorar el panorama para nosotros; si queda la derecha va a seguir el establecimiento y no va a haber muchos cambios, y si queda la izquierda, solo hay incertidumbre”, apunta.
En ese sentido, el empresario hace énfasis en que el país debe abrir espacio para los cambios que representen ajustes necesarios para impulsar el empleo, la creación de empresa y, por supuesto, dar más pasos hacia la industrialización.
“Se tiene que empezar por algo, no se puede hacer todo a la vez. Tenemos que crear un ambiente atractivo para que las empresas exporten o que empresas con base exportadora vengan a Colombia”.
“Yo creo que los dirigentes están demasiado sumidos en la teoría económica, pero se han enceguecido ante las realidades del mundo. Tienen que ver ejemplos como el de Estados Unidos, que invierte entre US$60.000 millones y US$70.000 millones al año en investigación, lo que se filtra a las empresas”, explicó.
Si bien tiene posturas críticas frente a lo que sucede en Colombia, el decano del desarrollo industrial dice que el país podría apostarle a una política de exportaciones más agresiva y ganar terreno con los vecinos de la región.
“De nada sirve si el país no está comprometido con que tenemos que ser la próxima Corea de América Latina. Si no está ese compromiso, no podemos avanzar al menos en las exportaciones”, concluye.