La crisis económica ha demostrado los impactos sociales profundos de la falta de seguridad alimentaria. Durante 2020, según las cifras del DANE, 1,6 millones de familias dejaron de consumir tres alimentos al día. Esto es, el 30 % de la población colombiana no puede hacerlo. A pesar de la abundante disponibilidad de área cultivable, el país no produce suficientes alimentos para garantizar su soberanía en esta materia. La política económica debe orientarse a que se garantice un incremento de la producción agrícola y agroindustrial, por medio de acceso a créditos baratos para mayores inversiones y también del presupuesto público en la promoción y subsidio de la producción agrícola, como ocurre en los países de ingresos altos.
El Gobierno Nacional debe evitar repetir errores cometidos en la reforma tributaria que se retiró hace unas semanas, que tenían un impacto directo sobre la producción agrícola nacional.
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