El TLC con la UE, firmado en 2012 y operativo desde 2013, muestra resultados negativos en términos comerciales, ya que refuerza la dependencia económica y la reprimarización del aparato productivo nacional. Aunque el gobierno actual prometió renegociarlo, tras dos años, no hay avances notorios.
La Unión Europea es el tercer destino de las exportaciones colombianas con un 13% de las exportaciones totales, mientras que las exportaciones a la Comunidad Andina de Naciones son apenas del 6.6%.
Baja participación de las exportaciones
Durante la década de los 90, el cambio en la política económica, con la introducción de la apertura económica, llevó al desmantelamiento de la política de industrialización dirigida por el Estado.
Esto resultó en una agudización del proceso de desindustrialización y una inserción en la economía global basada en ventajas comparativas, convirtiéndose en proveedor de materias primas, minería, productos agrarios y algunas manufacturas poco sofisticadas. Esto consolidó una base exportadora concentrada en pocos productos primarios, especialmente del sector minero-energético, dirigida a un reducido grupo de países y una baja participación de las exportaciones en el PIB.
Balance Comercial
La relación comercial entre Colombia y la Unión Europea se puede dividir en tres periodos. Entre 1991 y 2010, con una apertura económica unilateral, se caracterizó por la liberalización de los mercados y la reducción de barreras arancelarias. Los resultados fueron negativos para la industria nacional, especialmente la manufacturera, que no pudo competir con productos importados subsidiados. La oferta exportadora se concentró en cinco productos básicos, y Colombia tuvo un déficit promedio anual con la UE de USD $5.8 millones.
Entre 2011 y 2016, con la entrada en vigencia de los TLC con Estados Unidos y la Unión Europea, se incrementó el comercio de bienes y servicios, beneficiándose del súper ciclo de las materias primas. Sin embargo, la caída de los precios de estas materias primas afectó gravemente la economía colombiana.
Entre 2017 y 2023, la plena aplicación de los TLC mostró un déficit acumulado importante. Las exportaciones se mantuvieron en torno a los USD $5,218 millones, con una oferta exportadora no diversificada, concentrada en carbón, café, banano, oro, petróleo, aceite de palma y ferroníquel.
Industria la más afectada
Durante la década de los 90, la política económica de Colombia cambió con la introducción de la apertura económica, lo que llevó al desmantelamiento de la política de industrialización dirigida por el Estado. Este cambio incluyó una apertura unilateral y la firma de tratados bilaterales de comercio e inversión, imponiendo obligaciones más allá de las establecidas por la OMC.
Como resultado, Colombia experimentó una agudización de la desindustrialización y se insertó en la economía global como proveedor de materias primas, productos agrarios y algunas manufacturas poco sofisticadas. Esto consolidó una base exportadora concentrada en pocos productos primarios, especialmente del sector minero-energético, dirigida a un reducido grupo de países, con una baja participación de las exportaciones en el PIB.
Inversión extranjera directa
La IED de la UE en Colombia se ha dirigido principalmente hacia el sector minero-energético, fortaleciendo la apreciación de la tasa de cambio real y afectando negativamente al sector transable.
La inversión de la UE en Colombia no ha mostrado un crecimiento relevante desde la entrada en vigor del TLC, y las inversiones de Colombia en la UE han disminuido.
Desafíos del “Pacto Verde”
El Pacto Verde Europeo plantea desafíos adicionales para las exportaciones agrícolas colombianas, imponiendo nuevos estándares ambientales, sociales y laborales que aumentan los costos de producción y actúan como barreras no arancelarias. Esto afecta a frutas, vegetales, café, cacao, y palma de aceite, entre otros, obligando a cumplir requisitos de trazabilidad, geolocalización, certificaciones, y etiquetado, lo que reduce la productividad y aumenta los costos.
El TLC no cumplió los objetivos
El TLC con la Unión Europea no ha cumplido con los objetivos de diversificación y fortalecimiento de la economía colombiana, contribuyendo a la dependencia de las exportaciones de productos primarios y a la desindustrialización. Las nuevas regulaciones europeas imponen desafíos adicionales, y se requiere una estrategia más efectiva para renegociar el acuerdo y fomentar una mayor diversificación y competitividad en el mercado internacional.