Una manera de poner en marcha un plan de reconstrucción del tejido industrial de un país, partiendo de la premisa básica que consiste en la necesidad de disponer de una política industrial con metas claras de mediano y largo plazo.
Colombia lanzó recientemente un “Plan de reindustrialización”: documento Conpes 4129 del 21/12/2023. Se trata de un proyecto a desarrollar en aproximadamente 10 años, período en el cual cerca de 30 entidades del gobierno nacional, participarán activamente en desarrollos de sus propias competencias y especializaciones para lo cual deben asignar recursos humanos y económicos dentro de su propio presupuesto.
Este documento incluye más de 20 proyectos estratégicos y 147 acciones concretas cuyo propósito está focalizado en la pequeña y mediana empresa y en la inclusión de la economía popular, asignando $7.8 billones para su ejecución. El proyecto fue elaborado entre el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y el Ministerio de Comercio, industria y Turismo, pero hasta donde tenemos conocimiento, no participó el sector privado.
El Grupo Proindustria hace un llamado al Gobierno Nacional para que este plan incluya mecanismos de seguimiento de su avance, en cada una de las 30 entidades, con la frecuencia de entrega de informes de avance parcial del cronograma y se asigne formalmente el ente responsable de coordinar, supervisar y fiscalizar todas esas acciones y actividades oficiales. De todos modos Proindustria manifiesta su satisfacción por contar, después de tantos años, con una política industrial, así sea incipiente.
Si se implementa correctamente, la mayoría de efectos del Conpes de reindustrialización se verán en el largo plazo. Por lo tanto, para sacar a la industria de la situación en la que está, se deben tomar medidas de reactivación inmediatas. Estas medidas deben centrarse en proteger la industria nacional, facilitar acceso a las mipymes de fuentes de financiamiento, reducir costos administrativos y de servicios públicos, facilitar mecanismos de formalización, entre otros.
En este sentido, el Grupo Proindustria sugiere que un mecanismo simple y efectivo para reactivar la actividad productiva a corto plazo, sin necesidad de grandes inversiones, es imponer aranceles a todas las mercancías, frecuentemente subvencionadas en origen, provenientes de países con los cuales no tenemos Tratados de Libre Comercio (TLC) y que se producen en Colombia, de acuerdo con el Registro de Producción Nacional en Mincit.
Este enfoque aprovecha el tejido industrial que aún sobrevive, resucita actividades suspendidas en empresas cerradas en las últimas décadas, respeta los compromisos comerciales internacionales adquiridos por Colombia en los TLC, se alinea con las políticas de la mayoría de países que fomentan su producción local y las exportaciones, y sobre todo, produce efectos casi inmediatos. Además, este mecanismo es gratuito para el presupuesto nacional y genera ingresos fiscales en un momento de crisis fiscal como el actual.