Tomado de Dinero / 6-14-2016
Aunque existe gran expectativa por una eventual negociación bilateral, empresarios colombianos piden ser cautelosos por el mayor tamaño de la industria automotriz gaucha.
No solo la diplomacia y el fortalecimiento de los lazos de amistad animan la visita del presidente de Argentina, Mauricio Macri, a Colombia. También la creación de nuevos lazos comerciales y de inversión hace parte de la agenda que desarrollará el mandatario argentino en su visita al país.
Y quizá uno de los capítulos que más inquietud ha despertado entre los empresarios colombianos tiene que ver con ellanzamiento de una eventual negociación bilateral para abrir el mercado automotor entre los dos países.
Aunque este es visto como un viejo anhelo de los empresarios argentinos, para los colombianos existen algunos temas que generan temores y que, en caso de que el gobierno colombiano decida iniciar la negociación, deberán tenerse en cuenta para evitar un nuevo golpe al sector automotor del país.
El primer tema en la lista de peticiones que alistan los empresarios de la industria automotriz colombiana tiene que ver con el alcance de la propuesta que previamente fue enviada al gobierno nacional, por parte de su homólogo argentino. En esta propuesta, el gobierno argentino solicita que Colombia abra el comercio –sin aranceles ni restricciones- para la importación de camionetas y camiones que se producen en ese país, y a cambio, planean abrir el comercio para los automóviles.
Para los empresarios del sector, esto de entrada genera un sesgo en contra de los intereses de la industria colombiana pues en el mercado de los vehículos comerciales el país también tiene una producción local importante, que se vería afectada por la dura competencia de ese país, mientras que las posibilidades de vender en el mercado gaucho automóviles es muy pequeña. Mientras en Colombia operan solo cuatro ensambladoras –Chevrolet, Renault, Hino y Fotón- en Argentina cerca de una decena de compañías tienen plantas de producción, entre ellas las de Chevrolet, Renault, Fiat, Ford, Honda, Peugeot, Citroen, Toyota y Volkswagen.
El segundo tema de preocupación tiene que ver con la disparidad en el tamaño de los mercados. En este aspecto, los empresarios creen que el gobierno debería tomar medidas para evitar distorsiones que afecten la producción nacional.
En Colombia, se estima queeste año se venderán cerca de 265.000 vehículos, de los cuales cerca del 50% son importados y el 50% restante son fabricados localmente. En Argentina, mientras tanto, de los cerca de 800.000 vehículos que se venden en el mercado, alrededor del 80% son de producción nacional. De hecho, la capacidad de producción de automóviles en Argentina es cercana a las 800.000 unidades, lo que le permitió en 2014 fabricar unas 600.000 unidades.
Un empresario le dijo a Dinero que tal como está formulada la propuesta de liberación del mercado automotor, “el acuerdo que ellos proponen resulta ventajoso para Argentina, pero muy desventajoso para Colombia, por eso necesitamos que el gobierno colombiano escuche nuestras peticiones y haga una negociación que realmente preserve el interés nacional y promueva la industria local”.
Aunque la eliminación de aranceles para automóviles parece inminente con Argentina, lo que muchos industriales esperan es que este proceso se dé salvaguardando el interés del país y no por el simple prurito de seguir liberalizando el comercio internacional.