Este proyecto se debería enfocar principalmente en generar empleos dignos y bajar la informalidad
MARGARITA CABELLO BLANCO 25 de marzo 2023, 09:46 P. M.
Esta semana me reuní con varios expertos y representantes de las agremiaciones que agrupan a las principales actividades económicas del país, para recibir sus apreciaciones sobre los aspectos más relevantes y las implicaciones sociales y económicas que traería la reforma laboral presentada por el Gobierno nacional.
Bajo nuestra misionalidad preventiva con la finalidad de anticiparnos como órgano de control a situaciones que podrían afectar a nuestro país, debo señalar que el proyecto de reforma laboral no tiene en cuenta el posible impacto fiscal a mediano y largo plazo, podría golpear fuertemente la economía, fomentar la informalidad laboral y dejar en riesgo miles de empleos formales.
Con una tasa de desempleo de dos dígitos que, para enero de 2023, según el Dane, se encuentra en 13,7 por ciento y una informalidad de más del 58 por ciento, este proyecto de ley se debería enfocar principalmente en generar empleos dignos y bajar la informalidad.
El proyecto produce incertidumbre por la prohibición a la contratación de servicios temporales para actividades y necesidades estacionarias y, como su nombre lo indica, temporales pero provistas hoy de prestaciones por el tiempo que se requieran. Esta restricción desnaturaliza a las empresas de servicios temporales y casi que las deja en cuidados intensivos. A pesar de que existen oportunidades de mejora, estas empresas cumplen una labor importante para que los beneficiarios cubran vacantes o actividades temporales y son una importante fuente de trabajo para miles de colombianos.
El proyecto también contiene aspectos que afectan la tercerización por servicios, los contratos a término fijo y los de obra o labor. Esto impactará directamente a las pequeñas y medianas empresas que ofrecen bienes y servicios y también a aquellas que requieren de la tercerización para asegurar su sostenibilidad económica y financiera, sin descuidar la vinculación formal de las y los trabajadores. Esto sería particularmente grave en sectores como el de la construcción.
Una obra de construcción tiene diferentes etapas que deben ser cumplidas por expertos en diversas materias. Por ende, es importante que se le dé flexibilidad al tipo de contratación y que no se sometan todas las relaciones laborales al contrato a término indefinido. El sesgo en contra de esas modalidades de contratación haría inviable los proyectos de construcción y llevaría a la desaparición de pequeñas empresas que dependen de los servicios tercerizados que ofrecen.
Otro elemento preocupante es relativo al derecho laboral colectivo, que inquieta a muchos trabajadores y a los gremios como es la prohibición expresa de la suscripción de pactos colectivos. Sería una amenaza directa a la libertad y autonomía tanto del empleador como del trabajador para definir las condiciones del contrato de trabajo.
Estas son solo algunas de las alertas que desde ya genera el proyecto de reforma laboral. El mensaje debe ser claro: los empleadores del país no son fuente inagotable de recursos; una reforma sin concertación y participación suficiente puede terminar ahogando la economía del país y generando el efecto completamente contrario: más desempleo y mayor informalidad.
Se requiere una reforma laboral que equilibre a todo el sistema y beneficie a todos los ciudadanos del país.
No obstante lo anterior, la Procuraduría recuerda que los empleadores deben siempre cumplir con todas las obligaciones prestacionales y de la seguridad social para evitar evasión y elusión.
MARGARITA CABELLO BLANCO
Procuradora general de la Nación