Contrario a lo que dicta la teoría económica, en respuesta al estancamiento de la economía, el Gobierno ha decidido reducir el gasto público, lo que podría ralentizar aún más la economía.
La situación no solo se debe al modelo de desindustrialización y el entorno internacional; el Gobierno actual también juega un papel en esto, ya que no ha logrado avanzar en la reactivación de las fuentes de generación de riqueza del país.
La constante incertidumbre, con señales contradictorias, ha frenado el crecimiento de la inversión. Entre los problemas con el presupuesto nacional, los anuncios de una nueva reforma tributaria, los ajustes en los precios de los combustibles, la renuncia a la explotación de petróleo y carbón, la floja implementación de la política de reindustrialización y la falta de avances en la revisión de los Tratados de Libre Comercio, se ha creado un ambiente de desconfianza entre los inversionistas.
Además, hay demoras en la implementación de medidas que impacten en el corto plazo las condiciones económicas, como las solicitudes de apoyo a la micro, pequeña y mediana industria realizadas por ACOPI y las peticiones de protección hechas por Proindustria.
En este contexto, los anuncios del plan de reactivación no son claros ni consecuentes con lo que revelan los indicadores en materia de crecimiento económico, empleo, inflación, tasa de cambio, balance fiscal y comercial.
Aunque las cuentas no están claras, los anuncios en materia fiscal apuntan a reducir los ingresos del Estado. Este sería el impacto de medidas como la reducción de la tarifa nominal del impuesto de renta para empresas del 35% al 30% o un paquete de incentivos para sectores como turismo o energías renovables.
Aunque el Ministro Bonilla había anunciado la implementación de inversiones forzosas para reactivar algunos sectores de la economía, esta no se incluyó en la presentación del DNP, el 8 de julio, del Plan de Reactivación.
La estrategia de reactivación del Gobierno Petro
La estrategia de reactivación económica del Gobierno Petro, presentada por el DNP, se organiza en varios ejes temáticos.
El primero es la “reindustrialización sostenible”, que incluye la sustitución de pasivos, el capital de trabajo y la modernización tecnológica para Mipymes. También se ofrecen garantías de crédito de hasta el 70 %, leasing para maquinaria industrial y seguros por daños climáticos y lucro cesante. Además, se introducen aranceles inteligentes y se incentivan exportaciones a través de mecanismos como CERT, IAMA, la renegociación del mecanismo de cupos del sector automotor con Argentina y Brasil, y el Instrumento IAMAS para los sectores textil, confecciones, línea blanca y electrodomésticos.
El segundo eje, “turismo en armonía con la vida”, promueve el turismo doméstico al Archipiélago de San Andrés, beneficiando a 70,000 turistas nacionales con subsidios a la tarjeta de turismo. También se acelerarán desembolsos para 30 proyectos y se establecerán 48 nuevas rutas subvencionadas de Satena.
En el sector energético, se implementará el programa de Comunidades Energéticas y la iniciativa de Municipios Energéticos. Además, se utilizará el 5 % del mayor recaudo del Sistema General de Regalías para proyectos de mejoramiento de vivienda, eficiencia energética e infraestructura agrícola. La propuesta incluye la electrificación de sistemas de transporte y el recambio de electrodomésticos en los estratos 1, 2 y 3.
La conectividad digital es otro punto clave de la estrategia. Se desarrollarán proyectos de Internexa para mejorar el acceso a redes troncales, comunidades de conectividad, acceso a hogares conectados y a internet en instituciones educativas, abarcando 32 departamentos durante 10 años.
El eje “Caminos de paz y progreso” se enfoca en acelerar la ejecución de 21 obras de infraestructura de transporte, intervenir en 105 instalaciones portuarias-fluviales y la incorporación de APP en tres proyectos: Estanquillo – Popayán, Tren La Dorada – Chiriguaná y Villeta – Guaduas.
Otros puntos discutidos incluyen el campo productivo y vivienda para la vida, con proyectos destinados a reactivar el sector agrícola y mejorar la disponibilidad y calidad de las viviendas. Estos ejes buscan impulsar la economía a través de la modernización, sostenibilidad y desarrollo inclusivo en diversas áreas clave.
Propuestas aisladas y poco concretas
Las medidas de reactivación económica anunciadas por el Gobierno siguen siendo propuestas aisladas y poco concretas, generando dudas sobre su efectividad para impulsar el crecimiento económico teniendo en cuenta las dificultades en materia de ejecución que ha tenido el Gobierno en sus primeros dos años.
La modificación proyectada en la regla fiscal, el aumento en las tarifas del impuesto al carbono y los beneficios tributarios para generadores de energías renovables mediante una exención de IVA para bienes y servicios locales plantean un escenario incierto frente a las necesidades de recaudo.
La consolidación fiscal del país requiere que se programe gasto público financiado con recursos estructurales y con ello se genere mayor confianza en la sostenibilidad de las finanzas públicas en el mediano plazo.
Para lograr la consolidación de las finanzas públicas, será crucial que el país regrese a tasas de crecimiento económico cercanas al crecimiento tendencial (por encima del 3%) y que los incrementos en el gasto primario sean financiados con aumentos de los ingresos estructurales.
Además, se debería buscar reducir las necesidades de financiamiento de la nación y, con ello, las tasas de interés que paga el Gobierno, generando más espacio para la inversión y la capacidad de mitigar choques que impacten los balances de la nación.
